El estudio de la carga y potencia instalada es una fuente de información de gran utilidad para todos los consumidores de energía eléctrica en lo que a seguridad, rendimiento y beneficios se refiere.
Con el estudio de la carga instalada se puede determinar si el sistema de distribución eléctrica puede admitir nuevas cargas, verificar la capacidad del sistema eléctrico y del cableado, distribuir correctamente la carga entre las fases existentes, realizar un seguimiento del factor de potencia y calcular el consumo de energía antes y después de las mejoras para justificar de esta forma las medidas adoptadas para el ahorro de energía.
Por poner un ejemplo, si el propietario de un edificio nos pidiera que conectásemos nuevos equipos y sistemas a la instalación eléctrica existente, lo primero que deberíamos determinar es si el sistema de distribución eléctrica puede soportar las nuevas cargas.
Para determinar la capacidad de la instalación, debe tenerse en cuenta la sección de los conductores, la potencia nominal de los elementos que forman parte de dicha instalación y el espacio para nuevos circuitos entre otras muchas cosas.
Para determinar cuál es la carga actual, se debe medir las cargas existentes. Tendremos que registrar la demanda de potencia durante un período min aproximado de 30 días y establecer la demanda máxima esto es, el estudio de carga.
Mediante un analizador de redes podremos obtener los datos de medidas de tensión y corriente tanto en las tres fases como también en el neutro, registrando simultáneamente numerosos parámetros que le ayudarán a determinar el estado de carga de la instalación, incluyendo tensión, corriente, frecuencia, potencia activa (kW), potencia aparente (kVA), potencia reactiva (kVAR), factor de potencia y consumo de energía (kWh).
Todo esto lo podemos realizar en 5 sencillos pasos:
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Conectar las sondas del instrumento a la instalación eléctrica. En el caso de un sistema trifásico, existen ocho conexiones: la tensión en las tres fases, la tensión en el neutro, la corriente en las tres fases y la corriente en neutro.
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Establecer los parámetros del sistema eléctrico y la tipología de la red para que coincidan con el tipo de instalación que se va a analizar. Comprobar que la tensión nominal (tensión de red) y la frecuencia son correctas.
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Establecer el tiempo de registro, por ejemplo, un intervalo de registro de 15 minutos y un período de 30 días en total.
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Iniciar el registro de datos. En la posición W (potencia), registrar los valores mínimo,
máximo y promedio cada 15 minutos de los siguientes parámetros:
Potencia (en vatios para cada fase y el valor total).
Potencia reactiva (en VAR para cada fase y el valor total).
Potencia aparente (en VA para cada fase y el valor total).
Factor de potencia (para cada fase y el valor promedio).
Consumo promedio de energía (en kWh).
Energía reactiva (en kVARh). - .Descargar y revisar las medidas. Después de 30 días y un registro de datos de medida cada 15 minutos, el equipo contará con 2880 aproximadamente de conjuntos de medidas en total. De manera que podrá verse fácilmente la corriente o potencia máxima en cada fase, comparar las tres fases y proporcionar el valor más alto. Se mostraran los registros de corriente de las tres fases ampliados para visualizar todos los detalles que el analizador de redes utilizado sea capaz de registrar.
Así pues, ya tendríamos un estudio de carga y podríamos observar por ejemplo el factor de potencia ya que es uno de los parámetros más importantes que se registran en un estudio de carga. Las compañías de suministro eléctrico suelen sancionar a las empresas que operan con un factor de potencia inferior al estipulado en el contrato.
Realizar un seguimiento del factor de potencia e implementar una adecuada corrección del mismo pueden evitar duras sanciones económicas. Por ello, un estudio de carga es una herramienta muy útil para garantizar que la factura eléctrica de un usuario se corresponde con el consumo que realiza.
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